martes, 21 de enero de 2014

Sangre de potro .



En la Argentina cada año unos 200.000 caballos se mandan al matadero para exportar su carne, fundamentalmente hacia Europa. Existen sólo cuatro frigoríficos habilitados. Uno en Entre Ríos, con 18% de la faena. Otro en Río Cuarto, Córdoba, con el 26%. Y los dos restantes en territorio bonaerense. El primero en Trenque Lauquen maneja el 21% de la torta, y el segundo y más activo de todos está en Mercedes, con el 35%.

Pese a que la carne nacional cotiza más barata, el negocio marcha. El año pasado, la Secretaría de Agricultura registró que cada tonelada de carne de caballo se vendió a un promedio de 1.384 dólares. Son cerca de 4 pesos por kilo. Ese precio no quedó muy lejos del de la carne vacuna, que se exportó a un precio promedio de 1.512 dólares.

Una situación que hace más lucrativo el negocio es que en el país no se faenan caballos criados especialmente para ese fin, como los robustos animales de la raza Percherón, que en Europa se utilizan con un "doble propósito", para tiro y para carne. Aquí el negocio es de rezagos. Los intermediarios van por los campos recolectando caballos que han cumplido su vida útil o que fueron robados, obteniendolos a muy bajo precio

A nivel local las cosas son distintas. Durante mucho tiempo, la faena de caballos para consumo doméstico directamente estuvo prohibida, por las consideraciones especiales de los argentinos para con dicho animal, un noble compañero para los hombres de campo. En 1998, cuando Carlos Menem habilitó por decreto también el mercado interno, la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (ADDA) le pidió que diera marcha atrás. Hoy seguimos padeciendo ese Decreto, ya que fomenta el robo de equinos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario