domingo, 30 de marzo de 2014

EL OESTE PAMPEANO

Tierra de ranqueles

Una invitación a descubrir la verdadera historia de los indígenas que poblaron esas tierras, a través de testimonios de sus descendientes y monumentos históricos.
Bettina Cucagna
La zona oeste de La Pampa presenta paisajes sembrados de caldenes, chañares y algunos médanos, donde las cabalgatas se transforman en una costumbre turística de excelencia. Sobre la ruta asfaltada Nª10, muy próxima a la localidad de Luan Toro, la familia Lorences propone observar magníficos atardeceres y un cielo colmado de estrellas. En la  Estancia San Carlos percibir el sonido del espacio infinito y estar en contacto con las bondades de nuestra tierra,  es una invitación difícil de despreciar. También las cabalgatas a la luz de la luna llena, desafiando las supuestas historias tejidas por antepasados con frondosa imaginación. Diversión, aventura, calidez en el trato y gastronomía casera imperdible  esperan a los visitantes. 
Recorrer la aridez del oeste pampeano permite  respirar aire indígena. Charlar con los descendientes ranqueles es viajar en el tiempo y sentir que en cualquier momento la presencia de un cacique será una realidad en esas tierras. En estos campos se pueden encontrar vestigios de una cultura que casi ha perdido su lengua, ya que desenterrar restos de boleadoras o lanzas es moneda corriente en ese emblemático destino pampeano.
LA PAMPA IMPERDIBLE
Esta provincia  invita a recorrer sus atractivos y descubrir el potencial arquitectónico y cultural que guarda celosamente cada pueblo y localidad con sello pampeano. Octubre es el mes de La Pampa y los festejos culturales y recreativos congregan a la población y a los turistas que llegan para compartir con los lugareños. 
Ya no están todos los boliches ni tampoco los pioneros de historias fascinantes,  pero sí ancianos que se animan a relatar leyendas tales como la del Robin Hood pampeano,Bairoletto, el temible delincuente que se convirtió en una figura querida por los pobres, temida por las autoridades, utilizada por los políticos de turno y maldecida por mucha gente que lo consideró un “delincuente”. Esas historias son hoy atractivos turísticos que junto a hermosos lugares para visitar y descubrir, tejen una propuesta por demás atractiva.
HISTORIAS DE RANQUELES
Otra invitación es  recorrer un arenoso camino que conduce hacia la antigua laguna de Leuvucó, zona de las principales tolderías ranqueles, y apreciar monumentos construidos en honor a  bravíos, quienes resistieron el avance de los malones. Uno de ellos,  es una figura humana de varios metros de altura, que sostiene  la lanza y en su pecho 8 niños que simbolizan a los caciques Carripilún, Yanquetruz, Painé, Pichón Huala, Manuel Baigorrita, Mariano Rosas, Ramón Cabral y Epumer.
El lonco Nazareno Sarraino, descendiente de ranqueles acompaña y narra historias verdaderas hasta la llegada al lugar donde descansan los restos de Mariano Rosas, uno de los últimos caciques ranqueles. Allí  puede visitarse el enterratorio, un monumento a esta cultura indígena,  ubicado en las cercanías de la laguna, hoy sin agua pero colmada de los sonidos y el sentir de sus antiguos habitantes. 
Nazareno es hoy un ranquel en la sociedad de Victorica, localidad del oeste pampeano y como uno más, nos envía este mensaje: “Se termina la tarde y con ella, los mates con mis viejitos un domingo tranquilo; se empieza disolver el polvillo de las carreras de autos y de caballos. Con mi hijo y en la seguridad de la casa paterna,  refugio del alma, me permito soñar una semana más, sueños que llevamos en los genes bohemios de Ranqueles y de Serraino.

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