martes, 17 de junio de 2014

Raices de Tradición gaucho guerrero defensor de la Patria.
Don Miguel .

Martín Miguel de Güemes: ideólogo revolucionario de la Guerra Gaucha

Autor: Felipe Pigna (Historiador)

El hombre que durante años sería la pesadilla de los ejércitos españoles con sus tácticas guerrilleras, Martín Miguel de Güemes, nació en Salta el 8 de febrero de 1785. A los catorce años ingresó en la carrera militar incorporándose al "Fijo de Infantería" que estaba acantonado en Salta. Participó en la defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas y al producirse la Revolución de Mayo, se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha.
Desde 1814 Güemes se había puesto al frente de una partida cada vez más nutrida de gauchos guerrilleros que les hacía la vida imposible a los invasores.
El general San Martín, designado en remplazo de Belgrano en el Ejército del Norte, recorrió la zona de combate a comienzos de aquel año y pudo comprobar las atrocidades cometidas por los españoles contra nuestra gente. Los "civilizadores" no respetaban mujeres, niños ni ancianos. Veían en los pueblos por los que pasaban el semillero de los rebeldes. Indignado por lo que vio y orgulloso de la acción de los hombres de Güemes, el "Jefe" aprobó lo actuado y le ratificó los beneficios de su táctica guerrillera.
El 3 de agosto de 1814 las tropas al mando de Güemes obligaron al jefe realista Joaquín de la Pezuela a evacuar Salta y ponerse en retirada hacia el Alto Perú. En su desesperación, los invasores fueron abandonando su parque, que fue capturado por los gauchos conocidos como "los infernales", no sólo por el color rojo de sus ponchos.
El 14 de abril de 1815 lograron madrugar al ejército enemigo y derrotarlo en el Puesto del Marqués. El saldo fue desparejo: los invasores sufrieron 120 muertos y 122 prisioneros; los nuestros, dos heridos.
El triunfo de Puesto del Marqués aumentó el prestigio de Güemes en Salta. El 6 de mayo de aquel año, el Cabildo local lo designó gobernador de la provincia. Gracias a su experiencia militar, se puso al frente de la resistencia a los realistas, organizando al pueblo de Salta y militarizando la provincia para frenar a los ejércitos del rey.
Pronto comprendió que tendría que arreglárselas solo para cumplirle al único jefe que reconocía: don José de San Martín, quien tendrá permanentes expresiones de elogio y gratitud para con Güemes y sus gauchos. Su vital tarea de contención y distracción de las tropas españolas resultó imprescindible para encarar el cruce de los Andes y desarrollar con éxito la campaña libertadora.
El ejército infernal se ponía en marcha. No había leva forzosa, todos eran voluntarios. Todo un pueblo en armas. Machetes, lanzas, azadas, boleadoras y unos pocos fusiles y carabinas eran las armas de aquel pueblo que aprendía junto a su jefe que estaban solos para enfrentar al ejército que acababa de vencer a Napoleón.
Las tácticas guerrilleras de Güemes cobraron fama mundial y han sido objeto de estudio en academias militares tan lejanas como la de Yugoslavia. La Biblioteca del Oficial del Círculo Militar Argentino publicó un curioso libro titulado “La guerrilla en la guerra”, cuyo autor es el mayor Borivoje Radulovic del ejército yugoslavo. En uno de sus párrafos dice Radulovic: "La montoneras de Güemes hicieron una guerra sin cuartel que ha pasado a la historia como Guerra Gaucha. Cada uno de sus miembros serviría como modelo para fundir en bronce la figura del soldado irregular, del guerrillero".

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